Jose Olaya, la vida del pescador chorrillano
Marco Roncagliolo
Nota. Adaptado por Jose Olaya, Carlos Lopez y Julia Aguilar, Historia Peruana, https://historiaperuana.pe/biografia/jose-olaya-balandra.
Introduccion
Este trabajo de investigación sobre Jose Olaya y la lucha por la Independencia del Perú. El objetivo principal es conocer el origen del pescador chorrillano y su participación en la Independencia del Perú. Entre los objetivos específicos están el mostrar la tradición de la vida de los pescadores chorrillanos en en Antiguo Perú y el Virreinato; asimismo averiguar la vida inicial del pescador chorrillano Jose Olaya; y finalmente mostrar elementos peculiares de la vida de Jose Olaya como mensajero de la causa patriota. Esta investigación se enmarca entre 1790, fecha en la que nace Jose Olaya, hasta 1826, el momento en que fue fusilado Olaya. Las fuentes utilizadas para este trabajo de investigación son secundarias como libros, trabajos de investigación, trabajos de revistas de investigación y artículos periodísticos.
Antecedentes
La Lima Ichma, prehispánica, “los pescadores también contaban con sus propios poblado ubicados cerca del mar y dentro de una misma zona (…) Sus vivienda también debieron ser construidas de la misma manera que las de los campesinos: de quincha, barro u otros materiales que se sacaban como carrizos, juncos y ramas de totora tejidas(…)Por ejemplo, habían caletas en Armatambo (hoy Chorrillos) y en las partes ribereñas de Barranco. (…) En este lugar solo habitaban gente dedicada a la pesca y había gran cantidad de pobladores, hecho que sorprendió a los españoles cuando llegaron.”[1]
Durante el virreinato “la idea de la separación de castas fue (…) impuesta por la propia legislación colonial. (…) Los pescadores “vivían, pues, alejados de las ciudades y de las haciendas lo que significaría también vivir a una prudente distancia de administradores coloniales (…) y también de curas e iglesias. La plebe está excluida de la pesca. (…) La pesca fue un sustento de la cultura indígena en la costa.(…)Los indios del cercado acuden a las fiestas de la ciudad portando imágenes de sus reyes-incas.”[2]
La familia Olaya
Uno de estos hábitos de los padres de Olaya, don Apolinario y doña Melchora Balandra, era rezar en la mesa. Don José Apolinario, era hijo de Bernardo Olaya y de doña Pascuala Cordova, chorrillanos ambos. Por otro lado, Doña Melchora Balandra, era hija de don Juan Jose Balandra y de doña Juana Sebastian, oriundos del pueblo. Doña Melchora falleció en febrero de 1844 en Chorrillos.[3]
De este matrimonio nacieron doce hijos: “Al morir don Apolinario,en 1822, sólo vivían dos hijos varones y seis mujeres(...)Vivían aún los hijos de doña Manuela que se llamaban: Jacinto María, Francisco, Ramón, Mateo, Simón y José. Vivían igualmente los hijos de doña Mercedes, Alberto, Pablo, José María y José”.[4]
El padre Jose Apolinario enseñó el amor a la patria de “aquel alfabeto que el astro de Olmedo producto como el A-B-C de patriotismo “Amor de patria comprende cuando el hombre debe amar; su Dios, sus leyes, su hogar y el honor que los defiende.” Asimismo Don Jose había contribuido a la llegada de la escuadra de San Martín. “Desde lo alto de los acantilados chorrillanos, atalaya ve el horizonte en espera constante de la escuadra libertadora con el ánimo resuelto de secundar la acción de la cruzada emancipadora”.[5]
El pescador Olaya
José Olaya en ese mundo colonial, en su labor de pescador, estableció su propia ruta de viaje que realizó diariamente:
“Silverio desde adolescente desafiaba la ira del océano y en una débil balsa cruzaba el golfo desde Chorrillos hasta San Lorenzo, y de aquí al Callao, donde vendía el producto de la pesca y algunos otros víveres que solía llevar para negocio”.[6]
En una oportunidad, Juana de Dios Manrique, sobrina de Don Riquero que era Contador Mayor de la Contaduría de Valores en el Callao, estaba, en su “mocedad” de 22 años, a favor de la causa patriótica. En los baños conoció la devoción de José Olaya por la causa patriótica al verle la escarapela bicolor. Así se acerco doña Juana pidió a José Olaya se comunique con su tío, don Riquero afiliado a la causa y que necesitaba comunicar las noticias a don Narciso de la Colina entre los sitiados del Callao y los patriotas de Lima
“Era frecuente ver entrar a Olaya, en Lima, por “el nuevo camino al Callao” abierto por los años los de 1806 (…) Entonces se dividió la nombrada charca La Legua (…) Quedó un excedente, un pequeño lote que adquirió Fray Juan Meza de la Orden de NOS Juan de Dios para dedicarlo al culto de Nuestra Señora del Carmen que se venera en la capilla que estaba a cargo de aquella religión (…) Allí hacía su primera Pascuala el mártir Olaya, en su peregrinaje hacia Lima, orando al pie de la devota imagen”.[7]
La comunicación entre Lima y Chorrillos era de 15 kilómetros "sólo se hacía en mula o calesa, los caminos estaban perfectamente vigilados. Nadie pasaba sin ser severamente examinado y registrado. Por la playa o en la canoa del pescador, dominando el mar los patriotas, parecía que no había peligro inminente, sobre todo cuando se trataba de un pescador que iría a la capital a ofrecer su mercancía de pescado”.[8]
La captura de Olaya
Una tarde del 27 de junio de 1823, José Olaya había recogido una correspondencia del Callao y se encontraba en su hospedaje "en la calle Acequia Alta". Debido a una denuncia de José Mirones[9], los realistas vigilaban el hospedaje de Olaya. A la cinco de la tarde, fue descubierto[10], pero Jose Olaya se tragó las cartas[11].
Llevado al Palacio del Virrey, ante la presencia de Rodil, éste intentó que informara el contenido de la comunicación. De la misma manera se le tortura con 200 palos de castigo, le sacan las uñas...martirizando los pulgares en la llave de un fusil, según se le ha expuesto a la que había por el padre Meneses, religioso de San Domingo, que fue el que auxilio a Olaya…”.[12]
En otra oportunidad, Olaya fue ofrecido una serie de sobornos para delatar a los destinatarios y remitentes de la correspondencia:
“Las tres llaves maestras que abren todos los secretos: trato con mujeres: ofrecimientos de grandes recompensas, y el licor escanciado abundantemente, todo fue probado con el héroe. Se le lisonjeó, se le prometieron grandes premios y dinero en abundancia; pero todo fue a dar contra una roca inconmovible, como esas bañadas por mares furiosos, cada vez más firmemente adheridas a su base. Se le ofreció grado militar en efectividad, el cual se le dijo le sería reconocido por los patriotas si estos triunfaban”.[13]
En sus últimos momentos, un funcionario llegó a la Capilla para interrogarlo por su último deseo:
“(...)Como es costumbre,...con los que van a ser ultimados… Olaya no dijo nada; acercóse el sicario a la víctima, interrogándole de nuevo. Olaya alzó la mano, y después de arrebatarle la escarapela de la Patria que aquél llevaba, descargó sobre el individuo una sonora bofetada con esta contestación: Mi último deseo es que se entierre con esta escarapela que se me confiscó. Esto lo he sabido por tradición desde mi bisabuelo lo que vivió por aquellos tiempos, hasta mi abuelo que solía referirse.”[14]
Tras la negativa de revelar la información, José Olaya fue fusilado el 29 de junio de 1823, a las 11 de la mañana, en el callejón de Petateros (hoy pasaje Olaya) a un lado de la Plaza de Armas. [15] El cuerpo de Olaya fue arrastrado a la Plaza de Armas y allí decapitado por un verdugo. En ese lugar permaneció el cuerpo toda la tarde en exhibición, unos pescadores lo pusieron en una carreta y lo llevaron a sepultar en Chorrillos con su escarapela bicolor en su pecho.[16]
Con su silencio, Olaya salvó a los patriotas, entre otros:
“(...)a D. Juan de Dios Manrique de Lara y su tía Doña Antonia Zumaeta de Riquero, con quienes fue careado en palacio, negando conocerles, ni haberlos visto jamás; sino también al Conde de la Vega de la Ren, a Andrés Riquero, Narciso de la Colina, y a su hermano Luis, capellán del Virrey, y conjunrados limeños. La misma ciudad se salvó, pues sin las noticias que diligentemente proporcionaban las excursiones de Olaya, Sucre habría creído mucho mayor la fuerza del enemigo y, en Lima los patriotas habríanse desanimado de esta guerra(…)”.[17]
El recuerdo del heroísmo de José Olaya por orden del presidente Bernardo de Tagle el 3 de septiembre de 1823. Esta orden manifiesta que por 50 años se pasará revista y comisarios a José Olaya como Sub-Teniente vivo de infantería del ejército en el Estado Mayor de Plaza y se contesta: “(...)como presente en la mansión de los héroes”.[18]
Además, se dispone que la Municipalidad de Lima elabore un libro que consignen los hechos: “para que la fama del patriota Olaya se transmita...por este medio a los siglos venideros”. Y en la Municipalidad de Chorrillos se celebrará el 29 de junio las exequias y concurriendo un pariente cercano de Olaya.[19]
Se dispuso, por su parte, un sueldo mensual a Olaya como Sub-Teniente vivo de Infantería de Ejército, entre la madre de él y la hermana soltera que tiene(...)”.[20] Así termina la vida de un pescador chorrillano que murió por causa de la patria.
Conclusiones
En el pasado, Chorrillos fue un poblado durante la cultura prehispánica Ichma. En las aldeas de pescadores vivía gente dedicada a la pesca y habitaban viviendas hechas de quincha, barro y otros materiales (carrizos, juncos y ramas de totora). Más adelante en el virreinato la separación de castas hizo que los pescadores vivieran alejados. Estos pobladores acudían a las fiestas de la ciudad portando imágenes de sus reyes incas.
La familia de Olaya era numerosa, está incluida a Jacinto, Maria, Francisco, Ramon, Mateo, Simon, Jose, Mercedes, Alberto, Pablo, Jose Maria y Jose. Ellos eran los hijos de don Apolinario y doña Melchora Balandra, siendo el padre quien le enseñó el amor a la patria porque contribuye a la llegada de la escuadra de San Martín, y Doña Melchora Balandra, ella proveniente de una familia oriunda de Chorrillos.
Jose Olaya era un pescador que hacía el viaje por el mar desde Chorrillos hasta San Lorenzo y, de ahí, al Callao para vender los productos de la pesca u otros víveres. En los baños del Callao, donde solía ir Jose Olaya trato con la Sra. Juana de Dios Manrique, quien lo identificó por la escarapela y le solicitó ayudar a la causa patriota entregando comunicación entre Narciso de la Colina y los patriotas.
En su recorrido de 15 kilómetros entre Lima y Chorrillos muchos lo hacían por calesa o recorrido, pero estos caminos estaban vigilados. Por eso Jose Olaya decidió ir por la playa para evitar ese peligro de ser descubierto. En el camino Olaya se dirigía a una capilla donde le oraba al pie de la imagen de la Señora del Carmen.
La denuncia vino de Jose Mirones que divulgó a los realistas el paradero del pescador Jose Olaya. Este se encontraba hospedado en la calle Acequia Alta, en este lugar llegaron las tropas que rodearon el lugar y descubrieron a Olaya, pero él se había comido las cartas. Posteriormente fue conducido al Palacio del Virrey donde recibió torturas y otros martirios para divulgar el contenido de la comunicación, mas él se negó a revelar. Jose Olaya pidió que le enterraran con la escarapela de la patria como último deseo. A las 11 de la mañana del 29 de junio de 1823 fue fusilado Olaya en el callejón de Petateros.
Algunas autoridades del momento decidieron rendirle distintos homenajes. El presidente Bernardo de Tagle el 3 de septiembre de 1823 ordenó que por 50 años se pasará revista a Jose Olaya como Subteniente y se conteste “como presente en la mansión de los héroes”. También tenemos el caso de la Municipalidad de Lima que elaboró un libro que consigna los hechos de lo ocurrido con Jose Olaya con el fin que la fama del patriota se transmita. Adicionalmente se le otorgó un sueldo mensual como Subteniente a la madre y la hermana soltera.
Referencias
Cogorno, G; y Ortiz de Zevallos, P. (2019). La Lima que encontró Pizarro. Editorial Taurus,
Del Busto, J.A. (2011). Compendio de Historia del Perú. 1era Edición, El Comercio, p. 63.
De la Puente Candamo, J. A. (1994). La Independencia. Historia General del Perú, Editorial Brasa S.A., p. 374.
De la Puente Candamo, J.A. (2015). La Independencia del Perú. Fondo Editorial del Congreso del Perú, .
Eguiguren, L. A. (1945). El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre,
Flores Galindo, A. (1991). La ciudad sumergida: Aristocracia y plebe en Lima, 1760-1830. Mosca Azul Ediciones.
Lopez, C. y Aguilar, J. (18 de mayo de 2015). Jose Olaya. Historia del Perú. https://historiaperuana.pe/biografia/jose-olaya-balandra.
Palma, R. (1970). Corona Patriótica. Colección de Apuntes Biográficos. Biblioteca Nacional, . Cervantes Virtual. Original de 1850 en la Tipografía del Mensajero de la Plazuela de la Inquisición. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/corona-patriotica-coleccion-de-apuntes-biograficos/html/ff3e67c2-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html.
Paz Soldán, M.F. (1868-1874). Historia del Perú Independiente. Vol. 2, Imp. y Estereotipia del Autor, p. 105. Biblioteca Digital AECID. http://bibliotecadigital.aecid.es/bibliodig/es/consulta/registro.cmd?id=676.
[1] Cogorno, G; y Ortiz de Zevallos, P. (2019). La Lima que encontró Pizarro. Editorial Taurus, pp. 137-138.
[2] FLORES GALINDO, Alberto (1991). La ciudad sumergida: Aristocracia y plebe en Lima, 1760-1830. Mosca Azul Editores, pp.191-195.
[3] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 40.
[4] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, pp. 40-3).
[5] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, pp.32-33.
[6] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 32.
[7] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, pp.9-11.
[8] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 70-72.
[9] Paz Soldán, M.F. (1868-1874). Historia del Perú Independiente. Vol. 2, Imp. y Estereotipia del Autor, p. 105. Biblioteca Digital AECID. http://bibliotecadigital.aecid.es/bibliodig/es/consulta/registro.cmd?id=676.
[10] De la Puente Candamo, J. A. (1994). La Independencia. Historia General del Perú, Editorial Brasa S.A., p. 374.
[11] Palma, R. (1970). Corona Patriótica. Colección de Apuntes Biográficos. Biblioteca Nacional. Cervantes Virtual. Original de 1850 en la Tipografía del Mensajero de la Plazuela de la Inquisición. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/corona-patriotica-coleccion-de-apuntes-biograficos/html/ff3e67c2-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html.
[12] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 374.
[13] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 12.
[14] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 74-5.
[15] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, p. 73.
[16] Del Busto, J.A. (2011). Compendio de Historia del Perú. 1era Edición, El Comercio, p. 63.
[17] Eguiguren, L. A. (1945) El Martir Pescador Jose Silverio Olaya y los Pupilos del Real Felipe. Imprenta Torres Aguirre, pp. 67-8.
[18] De la Puente Candamo, J. A. (1994). La Independencia. Historia General del Perú, Editorial Brasa S.A., p. 374.
[19] De la Puente Candamo, J. A. (1994). La Independencia. Historia General del Perú, Editorial Brasa S.A., p. 374.
[20] De la Puente Candamo, J. A. (1994). La Independencia. Historia General del Perú, Editorial Brasa S.A., p. 374.
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