La inconformidad de la clase media en el Perú con el modelo económico Economía Social de Mercado de fines del siglo XX y el XXI
Por: Marco Roncagliolo
La Economía
Social de Mercado se basa en la organización de los mercados como mejor sistema
de asignación de recursos y trata de corregir y proveer las condiciones
institucionales, éticas y sociales para su operatoria eficiente y equitativa.
(KAS: 2012) La ESM se sostiene en los principios socio-políticos y económicos:
Los primeros son los de responsabilidad personal, solidaridad, subsidiariedad y
consenso. El de responsabilidad personal implica, en última instancia, el
principio inalienable de la dignidad de la persona humana, la cual es la fuente
de todos los derechos en las diferentes esferas, llegando al campo económico.
Otro principio es la solidaridad, la cual se basa en una interrelación y
responsabilidad mutua, éticamente fundada, entre los integrantes de grupos
sociales (familia, comunidad, comunidad de asegurados). Por último, el de la
subsidiariedad es un principio fundamental del gobierno y de la sociedad, que
reza que el centro de las decisiones sociales, o económicas en nuestro caso,
deben estar situadas en la autoridad más cercana a la persona concreta posible.
(KAS: 2012)
http://proyectofinalsofiamolina.blogspot.com/2016/02/economia-social-de-mercado-seccion-3.html
Asamblea Constituyente en el año 1979 se
convoca y aprueba la primera Constitución Democrática del Perú. Es en el
Artículo 115 de esta Constitución donde se incorpora, por primera vez, el
concepto de "Economía Social de Mercado" como modelo económico
oficial del Estado. Posteriormente, en 1990, asume la presidencia el Ingeniero
Alberto Fujimori, quien declaró una guerra frontal al terrorismo y empezó la
recuperación del Perú a través de un modelo neoliberal. Sus primeros años de
gobierno son recordados por el popular “Fuji-shock” con el que reestructuró los
precios, controló la inflación y cambio la moneda al Nuevo Sol.
Seguido de otras medidas, en 1992 Alberto
Fujimori cerró el Congreso y promulgó en 1993 una nueva Constitución. Dicha
Constitución establece como modelo económico oficial a la "Economía Social
de Mercado". Art. 58: [...] La iniciativa Privada es libre. Se ejerce en
una Economía Social de Mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta el
desarrollo del país y actúa principalmente en las áreas de promoción del
empleo, salud, educación, servicios públicos e infraestructura [...] Dentro de los grandes logros del gobierno
anterior está el haber cambiado la categorización de país tercermundista a país
en vías de desarrollo. Un tipo de cambio estable, una inflación bastante baja
(3.1%) y una buena estabilidad legal ha convertido al Perú en uno de los
destinos favoritos para los inversionistas extranjeros.[1]
Es más, las sentencias del Tribunal
Constitucional (TC) aclaran sobre el concepto, los objetivos, los principios y
los servicios públicos este modelo económico. La Economía Social de Mercado es
una “tercera vía”, pone el acento en el estímulo de la iniciativa privada y en el
libre desenvolvimiento de los agentes económicos con el objeto de producir
riqueza y lograr el desarrollo del país. Sin embargo, para ser admisible no
debe sólo la búsqueda de una eficiencia económico y social, sino que debe
significar el fundamento antropológico-cultural de la Constitución como fuente
primaria de todo nexo normativo, como es el principio de la dignidad humana. [2]
Sus principios tiene tres dimensiones: el mecanismo para establecer
restricciones a la actividad de privados; la cláusula que permite optimizar la
solidaridad ante deformaciones en el mercado; y la promoción del uso sostenible
de los recursos naturales para garantizar el ambiente equilibrado y
adecuado.
Continúa el TC, se debe destacar la
interrelación entre los derechos fundamentales, la dignidad humana y el
desarrollo económico, se parte de una comprensión de las obligaciones y
responsabilidades del Estado.[3]
Por ello, el Estado tiene la obligación de brindar servicios necesarios para
satisfacer las necesidades de la sociedad, tales como educación, salud,
seguridad, etc., maximizando los principios.[4]
Después, la participación de los grupos económicos en armonía con el bien común
y el respeto del interés general,
al intentar armonizar el derecho al desarrollo –indispensable para la
satisfacción de las necesidades humanas– con las restricciones derivadas de la
protección al medio ambiente".[5] Por último, el Estado debe orientar el
desarrollo del país en las áreas de promoción de servicios públicos e
infraestructura.[6]
A pesar de todo, el modelo económico que
se instauró en el Perú hace más de 25 años permitió el surgimiento de una nueva
clase media, ésta es bastante crítica con los servicios que brinda el Estado.
La ineficacia de los servicios del Estado se ve reflejado en lo siguiente: La
falta de un plan concertado, donde se recoja las necesidades de la población y
se realice planes articulados entre las instituciones del Estado; la ineficaz
estructura de organización y funciones, porque fueron diseñadas con una
organización jerárquica sin claridad en los procesos para entregar sus servicios; los bienes y
servicios inadecuados, las mayoría de instituciones no tienen ni los recursos
ni capacidades para optimizar sus procesos y solo hay un interés de cumplir sus
funciones sin buscar el beneficios de la población; y una débil articulación
gubernamental, los mecanismos de coordinación tienen limitaciones en su diseño
y son poco efectivos.[7]
Ante lo mostrado anteriormente, la clase
media es bastante crítica de los servicios ineficientes que brinda el Estado
como lo muestra las encuestas de GfK y Pulso de Datum. La encuesta urbano-rural de GfK, un 69% de
peruanos considera que debe cambiar el modelo económico, mientras que un 39%
cree que este cambio debe ser moderado y un 30% el cambio tiene que ser
radical.
En el área socio económica indica que,
según la encuesta Pulso de Datum, solo el 3% del segmento socioeconómico A/B
cree que el actual modelo económico debe mantenerse igual, mientras que un
contundente 95% considera que se le debe introducir alguna modificación y hasta
un cambio radical. Entre los que buscan un cambio más radical destaca el
segmento socioeconómico D (39%), los adultos de 55 a 70 años (32%) y la
población al norte del país (39%).
Y por zona geográfica, un 39% de la
población al norte del país busca un cambio radical. Después, la población al sur (29%) son los que
perciben un mayor nivel de perjuicio del modelo sobre su situación económica,
justo los segmentos donde se observa los más altos índices de pobreza en el
país. Por otro lado, en Lima y Callao (34%) hay una visión más optimista y
consideran que este modelos sí ha mejorado su situación económica en los
últimos 25 años.
https://gestion.pe/economia/modelo-economico-quienes-quieren-cambio-luego-25-anos-114916
También tenemos el documento titulado
“Neoliberalismo: ¿promocionado en exceso?” de la revista trimestral de la
institución y escrito conjuntamente por Jonathan
Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri, economistas del
Departamento de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FIM), el cual
sostiene una visión crítica de las políticas neoliberales, especialmente la
austeridad fiscal, impulsadas por la institución en los últimas dos décadas ha
generado sorpresa e irritación en el ámbito económico. “En concreto en el caso
de la consolidación fiscal”, apunta el documento, “los costes a corto plazo de
una menor producción y bienestar así como el mayor desempleo han sido
minimizados, y la conveniencia de los países con amplio espacio fiscal de
simplemente vivir con alta deuda y permitir que las obligaciones declinen
orgánicamente”.
Si bien el Modelo Económico establecido en
la Constitución de 1979 y continuada en la Constitución de 1993 ha logrado la
baja inflación, la estabilidad económica y la formación de una clase media,
ésta última ha demostrado su inconformidad con el modelo porque hay un ineficaz
servicio del Estado mediante planes no articulados, ineficaz estructura de
organización y funciones, bienes y servicios inadecuados y una débil
articulación gubernamental. Por tanto, según el diario La República, en su
artículo “Que se cambie el modelo económico”, plantea lo siguiente: “hay que
reforzar el capital humano mediante educación y salud; mejorar la
infraestructura y avanzar en la diversificación productiva; y activar el agro y
la petroquímica”. También propone el artículo: “cambiar la legislación sobre
posición de dominio, tener una política monetaria bajando el interés, evitar
que las farmaceúticas amplíen sus patentes y plantear un Plan Nacional de
Masificación con energía barata”. Estas medidas propuestas en el diario La
República son mucho más cercanos a los principios de la Economía Social de
Mercado de Responsabilidad, Solidaridad y Subsidiaridad.[8]
http://www.derecho.usmp.edu.pe/instituto/Investigaciones_Centros/Constitucion%20Concordada,%20Sumillada%20y%20Anotada%20con%20la%20jurisprudencia%20del%20TC.pdf
http://www.derecho.usmp.edu.pe/instituto/Investigaciones_Centros/Constitucion%20Concordada,%20Sumillada%20y%20Anotada%20con%20la%20jurisprudencia%20del%20TC.pdf
http://www.derecho.usmp.edu.pe/instituto/Investigaciones_Centros/Constitucion%20Concordada,%20Sumillada%20y%20Anotada%20con%20la%20jurisprudencia%20del%20TC.pdf
http://www.derecho.usmp.edu.pe/instituto/Investigaciones_Centros/Constitucion%20Concordada,%20Sumillada%20y%20Anotada%20con%20la%20jurisprudencia%20del%20TC.pdf
[7] (https://blogposgrado.ucontinental.edu.pe/4-deficiencias-de-la-gestion-publica-en-peru-que-se-deben-resolver)
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