La intervención psicosocial y el control político de los medios de comunicación fueron dos formas de manipulación mediática durante el gobierno de Alberto Fujimori

 

Por: Marco Roncagliolo

 





 


La manipulación mediática o informativa, según De Significados.com, “es la práctica llevada a cabo por numerosos medios de comunicación para evitar la circulación de ciertas noticias o información que resulta nocivas para los intereses de dichos medios o grupos de poder”. En los Noventa, hubo dos formas de aplicarlo: La primera fue la intervención psicosocial, una disciplina de la Psicología Social, que trata de comprender, predecir y cambiar la conducta social de las personas (UDIMA: 2018); y la otra, el control sobre los medios de comunicación con el objeto de influir y obtener su apoyo o para impedir que lo haga la oposición. (COE, Manual de Educación en los Derechos Humanos en Jóvenes: 2017)

 

Este suceso de la manipulación mediática lleva mucho tiempo. Es más, durante el gobierno de Velasco Alvarado, quien manejó las comunicaciones con mano dura a través de un organismo llamado SINACOSO, el Sistema Nacional de Comunicación Social, éste impuso un estilo de comunicación dentro de las Fuerzas Armadas. Fue así que, gracias a Rafael Merino Bartet, asesor en el SIN (Servicio de Inteligencia Nacional), Fujimori supo de la importancia de los medios y cómo manipularlos.  (Bowen: 2000, pp. 339)

 

Cambiar la conducta social de las personas es una forma de intervención psicosocial, cuyo objeto es el bienestar individual y colectivo a través del desarrollo psicológico de las personas y de sus vinculaciones con el entorno social. (UDIMA: 2018) Pero, durante el gobierno de Alberto Fujimori y su asesor presidencial Vladimiro Montesinos, los “Psicosociales del SIN” sirvieron para distraer a la opinión pública y evitar hablar de noticias o información de mayor relevancia como: el autogolpe, las ejecuciones extrajudiciales, la corrupción o la huida del asesor Vladimiro Montesinos y el presidente Alberto Fujimori. (Díaz Meléndez, S. M.: 2015)

 

La aplicación de los psicosociales tuvieron tres formas de distracción: la evasiva, la desviada y la de huida. La primera fue la evasiva, su proceder fue evitar enfrentar cuestionamientos. Así ocurrió en 1990, durante la campaña presidencial, cuando los medios de comunicación quisieron conocer el Plan de Gobierno del candidato presidencial de Cambio 90, Alberto Fujimori, su esposa, Susana Higuchi, salió a responder que él se había intoxicado con “bacalao” para evitar decir sus propuestas. (Díaz Meléndez, S. M.: 2015)

 

La otra fue la desviada, consiste en evadir la atención de las personas mediante continuas distracciones. Esto ocurrió en 1991, cuando se utilizó la “Virgen que llora”, una estatua descubierta en una casa humilde en el Callao, para evitar hablar de la epidemia de cólera. El SIN, de igual manera, dosificaba, según Merino Bartet, la caída de lágrimas para mantener la noticia activa y sacarle el jugo. (Bowen: 2000, pp. 340)

 

Y la de huida, crear una situación irreal para preparar la huida. En el 2000, con Montesinos fuera del país, Fujimori ideó una persecución contra el asesor con los medios de comunicación siguiéndolo, pero en la noche, él ya estaba llendo al Grupo No. 8 para dirigirse a Indonesia, y después, al Japón. (Díaz Meléndez, S. M.: 2015)

 

El control de los medios de comunicación fue otra manipulación, por medio de ataques a periodistas, restricción del acceso de las fuentes de información y la compra de canales de televisión. Los periodistas objetivo eran enemigos potenciales, a quienes se le acusó de apoyo a Sendero Luminoso (Magno Sosa en 1992), sentenciados de cárcel suspendida (Cecilia Valenzuela, en marzo de 1993), declarados fugitivo en justicia (César Hildebrandt), de obstruir a la justicia (Ricardo Uceda) y de otro tipo. (Bowen: 2000, pp. 340-341)

 

Incluso, se restringió el acceso a la información de inteligencia. A principios de 1997, la agente del SIN Mariella Barreto, quien, quiso dejar atrás la barbarie, fue despedazada y dejada en la carretera Lima-Canta. Ella fue ejecutada por inteligencia militar, en el plan operativo Tigre, para eliminar filtraciones a la prensa sobre el accionar del Grupo Colina. (Romero, C.; y Véliz, A., La República: 2010) De esta manera, era la venganza del SIN contra los agentes de inteligencia que habían filtrado información a la prensa. (Bowen: 2000, pp. 351)

 

Por último, ocurrió la compra de canales para apoyar la reelección de 1995 y evitar reportajes de denuncia a Montesinos. En 1998, Daniel Borobio, asesor publicitario del gobierno y el SIN, increpó al dueño de América Televisión por la manera de tratar la información sobre Montesinos. Canal 9, también, sufrió censura de los programas de Luis Iberico por revelar el primer “Vladivideo”. (Díaz Meléndez, S. M.: 2015, 28-29) En otras palabras, lo que se buscaba era el control de los medios de comunicación.

 

A una población tan poco preocupada de la realidad nacional, distraerla con intervenciones psicosociales y controlar los medios de comunicación es mucho más fácil. Por éso, según el periodista Tony Antonio Peraza Rivero, en su artículo “El Periodismo Crítico”, escribe lo siguiente: “Una sociedad bien informada es una sociedad crítica, viva, vigilante, alerta, demandante, exigente...”. Igualmente, Rivero resalta la importancia de un periodismo “crítico, objetivo, libre, independiente, .... que puede convertirse en un contrapeso natural de una comunidad frente a las tentaciones autoritarias de sus gobernantes y los excesos de quienes dicen representarla”.

 

 

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