El Inca descubridor de Oceanía





Por: Marco Roncagliolo


El historiador navegante

Varios historiadores navegaron el Mediterráneo, como Heródoto y Tucídides, y relataron sus experiencias en dos obras clásicas griegas: Historia e Historia de la Guerra del Peloponeso. En 1947, el viajero Thor Heyerdahl partió del Callao en su expedición hacia la Polinesia y posteriormente a las Islas de Pascua.


Algunos años antes, en 1972, el historiador Juan del Busto Dubourthuru navegó por los ríos Napo, Amazonas y Negro, desde la guarnición de Cabo Pantoja hasta el puerto de Manaos. Del mismo modo, Del Busto exploró el lago Titicaca, visitando la Isla del Sol y la Isla de la Luna. No podemos olvidar sus sucesivos viajes a Oceanía para la elaboración de su libro "Tupac Yupanqui, descubridor de Oceanía", el cual analizaremos a continuación.


El inca Tupac Yupanqui recibe la noticia

Túpac Yupanqui, décimo inca del Cusco y sucesor de Pachacútec, nació alrededor de 1440. Su reinado se caracterizó por una expansión territorial sin precedentes, que se extendió desde Quito hasta Manta y el Beni. Entre sus logros más destacados se encuentran la reorganización administrativa del Imperio, con la creación de curacazgos y la implementación del primer censo; la institución de los yanaconas como una nueva clase social; y la conducción de numerosas campañas militares. Falleció en 1485.


Durante la conquista de la costa ecuatoriana, Túpac Yupanqui tuvo un encuentro crucial que marcaría su visión del mundo: conoció una balsa llamada "huampu" y a sus tripulantes, quienes afirmaban provenir de las islas de Auachumbi y Niñachumbi, lugares donde abundaban el oro y otros tesoros. Intrigado por estos relatos, el Inca consultó a su adivino, Antarqui, quien confirmó la veracidad de las palabras de los marineros. Según la tradición, Antarqui habría viajado a estas islas míticas, corroborando así la existencia de tierras desconocidas más allá del horizonte.


La expedición marítima del Tahuantinsuyo

Para la expedición, el inca Túpac Yupanqui designó como capitanes a los siguientes curacas: por el Hanan Cusco, a Huamán Achachi, Conti Yupanqui y Quihuar Túpac; y por el Hurin Cusco, a Yanan Maita, Cachi Mapaca, Macus Yupanqui y Llimpita Uscamaita. Se estima que el contingente humano estuvo compuesto por alrededor de 2,200 hombres y se dispuso de 148 balsas para eventuales relevos o emergencias.


Las balsas empleadas en esta expedición eran embarcaciones relativamente sencillas pero eficientes. Generalmente, se construían con palos largos y livianos, unidos entre sí mediante cuerdas o fibras vegetales. Cada balsa contaba con una tripulación básica formada por un jefe, denominado Anco, dos hombres encargados de maniobrar las velas y dos guerreros, además de diez soldados.


Las balsas de mayor tamaño eran versátiles y se utilizaban para diversas tareas, como la pesca, la guerra, el transporte y el comercio. Estas embarcaciones solían contar con una estructura más compleja, incluyendo un mástil para sostener la vela, dos estabilizadores en la popa y un refuerzo en la proa. Además, disponían de una pequeña cubierta o caseta para proteger a la tripulación del sol y el frío, así como de otros elementos esenciales como guaridas, cocina, retrete, anclas, cabos, cuerdas y pértigas para evitar colisiones.


Fuente: Diego Suarez Bosleman, 2017, EC.



Las rutas de Tupac Yupanqui a Oceanía

La primera de las trece islas consideradas como posible destino del viaje es la de Galápagos. Sin embargo, Isabela, una isla seca, rocosa y volcánica, no sería de gran ayuda. Su fauna se limita principalmente a roedores, iguanas rojizas, leones marinos, pinzones y rocas negras. Por esta razón, Anachumbi se convertiría en el objetivo principal.


Habrían dos rutas posibles hacia el oriente: la primera, siguiendo la corriente de Humboldt por el norte; y la segunda, más hacia el occidente, para alcanzar la corriente ecuatorial. Lo más probable es que haya elegido la primera ruta, la cual lo llevaría a Terarequi, también conocida como Isla Rica, Isla del Rey e Isla de Flores, la más representativa del archipiélago adyacente a Terarequi. Allí, Túpac Yupanqui y su flota de balsas habrían encontrado melanodermos, hombres negros de piel oscura y restos de un lobo marino, como pieles, cráneos, mandíbulas y huesos.


Siguiendo la corriente ecuatorial y luego retornando por la corriente de Humboldt, Túpac Yupanqui habría llegado a la isla de Mangareva. La leyenda local cuenta que llegó con una flota de pae pae, introduciendo la cerámica, la textilería y el trabajo de los metales. Incluso se atribuye a Túpac Yupanqui la construcción del Té Kana Maru, un templo dedicado al hacedor del universo andino. En la isla, existe una danza en honor al rey Tupa y sus guerreros.


En su viaje, habría arribado también a la Isla de Fuego o Nina Chumbi, el actual Rapa Nui, alrededor de 1465. Allí se encuentra el ahu Vinapu, una impresionante construcción de piedra. La leyenda de Uho narra que Túpac Yupanqui llegó a la isla y se llevó a una doncella isleña a su tierra.


Los trofeos de su viaje estan hombres negros de la isla Mangareva y Rapa Nui, en ambos casos serian melanesios melanodermos. El melanodermo son personas de cuerpo rechoncho, cabellos crespo y piel oscura. Entre otros trofeos esta el lobo marino que lo sorprendieron e impresionaron por ser desconocidos en Cusco, pero no hayo ninguno con vida, pero solo el pellejo y huesos en la zona entre Piura y Arica. 


Durante su ruta por Lambayeque, Túpac Yupanqui habría obtenido oro y plata. La habilidad de los chimúes para trabajar los metales finos se evidencia en objetos como la silla de latón y un trono de tumbaga, los cuales fueron llevados al Cusco.


El legado del Tahuantinsuyo en Oceanía 

En la isla de Mangareva, existe la leyenda de un rey de piel rojiza llamado Tupa, quien llegó con una flota de balsas "pae pae". Otra tradición local narra la historia de una balsa real que abrió un canal denominado “Te Ava mi o Tupa”, el Gran Canal de Tupa. Al desembarcar en la isleta, Tupac construyó un "marae" o altar, en honor al Dios Sol. Después de permanecer un tiempo considerable en la isla, regresó a la “Takere no te henna”, la tierra donde nació el sol, una clara alusión al Tahuantinsuyo.


En la isla de Mangareva existe la leyenda del rey de color rojo llameado Tupa que arribó con una flota de balsas “pae pae”. La otra tradición es la historia de la balsa real que abrió un canal que se llama Te Ava mi o Tupa, el Gran Canal de Tupa. Al llegar a la islilla, Tupac construyo un “marae”, o altar, en homenaje al Dios Sol. Posterior a permanecer buen tiempo en la isla regresa a la Takere no te henna, el pais donde nació el sol, en clara referencia al Tahuantinsuyo.


En la Isla de Pascua, también conocida como Isla de Fuego, los isleños utilizaban flotadores similares a las balsas de totora del lago Titicaca. La construcción del "ahu Vinapu", también llamado Tahira, en el sur de la isla, nos recuerda la parte baja de Sacsaihuamán. Las piedras de gran tamaño, encajadas con precisión, presentan un estilo indiscutiblemente incaico. Además, la leyenda de Ohu, una joven isleña llevada por el "May una te Raa" (Hijo del Sol), que podría ser Túpac Yupanqui, y su posterior añoranza por Rapa Nui refuerzan esta conexión.


Tupac Yupanqui es el descubridor de Oceanía es la tesis del autor Juan del Busto en su libro por la diversidad de elementos mencionados como las leyendas de reyes, las balsas similares a los caballos de totora, el camote isleño, el altar de piedra en Mangareva y Rapa Nui y más son muy consistentes y difíciles de contradecir. 



Del Busto Duthurburu, J.A. (2019). Tupac Yupanqui. Descubridor de Oceanía.Ediciones Lux, pp. 12, 15-16, 21, 22, 23, 26, 29, 35, 41-46, 53-54, 57, 59, 60-61, 62, 81, 85-87, 99, 102, 115-116, 121- 123, 128

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