El Risorgimento en Calabria y Sicilia: y las consecuencias postunitarias


     Fuente: GetArchive.

 

Por: Marco Roncagliolo



Introduccion

Este trabajo busca mostrar de qué manera Cosenza participó en el último proceso del Risorgimento. Los objetivos del ensayo son en primer lugar describir la situación del Reino de las Dos Sicilias; segundo, enumerar los casos de revueltas en el sur de Italia; por último, analizar las consecuencias económicas y sociales. Para elaborar los objetivos se usó el método exploratorio para la recolección de datos y el método descriptivo para explicar los motivos de la participación consentina en el Risorgimento calabres. El ámbito espacial es el sur de Italia de 1780 y 1870, desde las primeras revueltas a fines del siglo XVIII hasta la migración sureña al extranjero. Conforme a la estructura del trabajo, la primera parte es la introducción donde se describe los elementos técnicos del ensayo; la segunda parte muestra las primeras revueltas en el sur; y el tercer y último punto se tratan las consecuencias del Risorgimento en la región.



Antecedentes

El año 1731, el infante rey Carlos de Borbon desembarcó en Parma, iniciando su campaña para la conquista de los reinos de Nápoles y Sicilia. En 1735, Carlos fue coronado en la ciudad de Palermo como Carlos VII de Napoles y Carlos V de Sicilia, uniendo ambas coronas bajo su trono. Luego del ascenso de Carlos III en 1759, su reino pasó a manos de su hijo Fernando I, quien se refugió en Palermo durante la ocupación francesa de Nápoles, capital del Reino de las Dos Sicilias. Le sucedió su hijo Fernando II en 1825, cuyo reinado se caracterizó por el patrocino proyectos agrícolas en 1832, la construcción del primer ferrocarril en 1825 y reprimió las revueltas en 1848. En un momento importante, el Vittorio Emanuele II le ofreció gobernar Italia unida, pero Francisco declinó. Finalmente, en 1860 Garibaldi desembarcó en Sicilia y Francisco, un año después, al no tomar precauciones perdió el Reino de las Dos Sicilias (Medola, 2012, bestoofsicily.com)



Desde el ascenso de Carlos VII de Napoles en el siglo XVIII, el sur de Italia pasó por una reactivación económica, si bien siguió siendo feudal con una agricultura arcaica. A partir del año 1848 se iniciaron a ver diferencias entre los ingresos y los gastos del Estado, desembocando en un déficit fiscal entre los años 1848 y 1860. A pesar de todo esto, el Reino de las Dos Sicilias mantenía la mejor finanza pública de toda la península. En 1860, el reinado represivo de Francisco II provocó que el pueblo se revelara en Mesina y Palermo en abril de 1860 sofocadas por la superioridad del ejército borbónico. Anteriormente, en Sicilia, el 13 de abril de 1848, se había proclamado la deposición de Fernando II y se la ofreció a la Casa Saboya. 


Las guerras revolucionarias francesas de 1792 y 1802 introdujeron en Calabria y Sicilia la influencia de movimientos nacionalistas y republicanos. Durante el ascenso de Napoleon, el sur de Italia fue conquistado en una década. En 1806, Napoleon tomó el control del Reino de Nápoles y nombró a su hermano Jose Bonaparte como rey de Italia (Mark, 2023, World History Encyclopedia). Posteriormente, Napoleon decidió nombrar a su cuñado Joachim Murat como rey de Nápoles el 15 de julio de 1808 (Memoirs of the life and adventures of colonel Maceroni). La ocupación napoleónica (1805-1814) promovió el surgimiento de sociedades secretas liberales compuestas por jacobinos decepcionados que buscaban un orden más igualitario (Sarpe, 1985, p. 36). Entre ellas se encontraba la Carbonería ubicada en el sur que hablaba de “nación italiana”, pero no de un Estado unificado (Duggan, 1996, p.138). En diciembre de 1811, en la ciudad de Cosenza se llevó a cabo un motín por la Carboneria dirigida por los patriotas de Castelfranco, pero fue detenido por una denuncia y la represalia hacia el líder Vicenzo Federici de Altilia (Anelli y Savaglio, 1989, pp. 191, 194, 206, 207)


En 1860 el Reino de Cerdena vio con interés iniciar la conquista del sur de Italia (Martucci, 1999, p.151). Entre los años 1820 y 1848, Sicilia fue el centro de varias revueltas, instigadas por los emisarios de Mazzini. El 18 de abril de 1860, el conde de Cavour envió dos naves de guerra a la isla de Sicilia. A final de abril, Cavour se quedó dos días en Génova para organizar la expedición dirigida por Giuseppe Garibaldi a Sicilia. El 28 de abril Garibaldi recibe un telegrama del fracaso de la revolución, pero al día siguiente, Francesco Crispi le envía otro que indica que la revolución en Palermo fue un éxito. Finalmente, el 6 de mayo de 1860 Garibaldi zarpa del puerto de Quarto con 1089, de los cuales 20 son calabreses y otros sicilianos (Historia de la Humanidad Larousse, 2002, pp.42-43). 



Las primeras revueltas del sur de Italia

La formación de la República Partenopea y la República Consentina

Con la caída de la monarquía francesa, la relación del rey Fernando IV y la reina Maria Carolina se tornó tenso. A pesar de ello, en 1796 se firma la paz en el Tratado de Paris entre Fernando IV de Napoles y el Directorio de Francia. La llegada del almirante Nelson a Nápoles en 1798 y el breve restablecimiento del papado en Roma por las fuerzas austriacas dirigidas por el general Karl von Mack entraron en Roma para restaurar el papado. Ante la amenaza francesa de una invasión del Reino de las Dos Sicilias, el rey Fernando IV que regresó a Nápoles tuvo que huir a Palermo. Mientras tanto, los lazzaroni perpetraron masacres contra los republicanos, y la nobleza y la clases educadas abandonaron la ciudad. El 12 de enero de 1799, Pignatelli firmó la entrega de la ciudad de Nápoles a los franceses liderados por Jean Ettienne Championnet (Idem, 2023, pp.197-200).


En la ciudad de Nápoles, los jacobinos y los republicanos surgieron en la ciudad e iniciaron la guerra civil. Los republicanos conquistaron el castillo de San Elmo el 20 de enero de 1799 (Idem, 2023, pp.197-200). Tres días después, Napoles proclamó la República Partenopea. El ejército francés llevó a cabo una represión contra los napolitanos. El grupo de los republicanos estaba por lo general compuesto por hombres cultos, pero teorizantes y poco expertos. El gobierno se vio en dificultades financieras por las demandas de Championnet, también el fallo de la organización de un ejército dependiente del ejército francés y el intento fallido de la democratización de las zonas provinciales. Todo llegó a su fin con la llegada el 13 de junio de 1799 de Ruffo y sus tropas a Nápoles y las negociaciones para abandonar los castillos donde se resguardaban los republicanos. 


En la Calabria del siglo XVIII, bajo un sistema feudal y todavía afectada por el terremoto de 1783 las ciudades de Vibo Valentia y Reggio Calabria, los intelectuales abogaban por reformas agrarias. Los jóvenes calabreses educados en Nápoles entraron en contacto con los círculos republicanos en varias ocasiones en la que difundieron sus experiencias en Cosenza, Crotone, Catanzaro, Paola, Reggio, Squillace y Tropea. (Pupo, 201, pp. ). La noticia de la ocupación francesa de Nápoles en 1799 impulsó a los jacobinos calabreses a varias acciones en la formación de la República. En Carabba, por ejemplo, el teniente Favalibora proclamó la República, pero fue perseguido y huyó vestido como campesino a Rende. En Cosenza, en la casa del alcalde Antonio Ferrari Epaminonda se inició un parlamento. Durante la reunión, los asambleístas que dudaban de establecer la república recibieron noticias de la llegada de los franceses a Nápoles, entonces decidieron establecer la República de Cosenza. El gobierno republicano se formó con la participación de los hermanos Orazio y Tommaso Telesio quienes presenciaron a los franceses en Nápoles y ellos después encabezaron la procesión interclasista conformada por burgueses, notables y gente común. Sin embargo, el sur se mantuvo leal al régimen borbónico entre ellas las ciudades de Catanzaro, Reggio, Pizzo, Scilla, Bagnara y Monteleone. A mediados de marzo cae la República de Cosenza.


En la Corte de Palermo el rey Fernando II envia al cardenal calabres Fabrizio Ruffo a Calabria para organizar la contrarrevolución con su ejército cristiano compuesto por ladrones, presos, campesinos y soldados quienes marcharon contra Nápoles con la bandera de la “Santa Fe” (Ruggiero, 1994, p.45). A pesar de que Ruffo intentara impedir la ira popular, los santafedistas no tuvieron piedad con los miembros de la República Partenopea, incluso el almirante Nelson colgó al almirante Francesco Caracciolo por burlarse de él (Idem, 1994, p.46). En Calabria algunos sectores de la clase media iniciaron un movimiento de oposición como los Calderari que invocaron al cardenal Ruffo y realizaron revueltas campesinas en nombre de la iglesia (Duggan, 1996, p.137). El 13 de junio de 1799 Ruffo y sus tropas llegaron a Nápoles. Los calabreses y los lazzaroni continuaron las masacres. Por último, el Rey Fernando llegó a Nápoles el 8 de julio de 1799 y se iniciaron los juicios que dejaron 8.000 prisioneros políticos, 122 ejecutados, 500 encarcelados y 350 deportados. (Caruso, 2023, pp.197-200) 


A la luz de la primera revuelta importante en el sur de Italia, la invasión francesa de Nápoles de 1799  trajo consigo las ideas de nacionalismos y republicanismos. En ese momento, los movimientos republicanos del sur de Italia decidieron establecer la República Partenopea y la República de Cosenza que no pudieron sostenerse en el tiempo por la reconquista del militar religioso Ruffo. 



El revuelta en apoyo de la Constitución de 1812

El pronunciamiento del 1 de enero de 1820 del teniente coronel Rafael del Riego junto con otros oficiales proclamó la Constitución de 1812 en Las Cabezas de San Juan. A finales de febrero, las tropas del Riego avanzaron y por esa época estalló la insurrección en Galicia y en el resto del país. La presión popular de una muchedumbre rodeó el Palacio Real de Madrid el 7 de marzo y Fernando VII firmó el decreto que juraba la Constitución de Cádiz. La noticia del suceso anterior llegó a Nápoles a inicios de abril de 1820 del triunfo de la Revolución en España, causando que el rey Fernando VII había jurado la Constitución de 1812. En las casas se celebraron fiestas y bailes en conmemoraron el triunfo revolucionario. 


Las noticias del juramento constitucional por el rey incentivaron acciones en la ciudad de Nápoles. En Nola, dos suboficiales desertaron y gritaron “Dios, Rey y Constitución”, sumándose a la causa liderada por el general calabrés Guglielmo Pepe. La noche del 1 de julio de 1820, los conspiradores liberales Michele Morelli y Giuseppe Silvati iniciaron la revuelta, marcando el inicio de la llamada revolución napolitana. Ante la presión de los movimientos liberales calabreses y el golpe militar de Pepe, el rey Fernando I se obligó a conceder la Constitución de 1812 el día 6 de julio, con el general Pepe asume el mando hasta la convocatoria de elecciones y se constituya un Parlamento (Ruggero, 1994, p.49). Se estableció el gobierno de mayoría “muratianos” junto a los carbonarios y el 13 de julio el rey y sus hijos juraron la Constitución de Cádiz. El problema surgió en Sicilia, en esta zona rechazaron la Constitución de Cádiz con la pretensión de independizarse del Reino de las Dos Sicilias y recuperar el Reino de Sicilia (Pinto, 2020, pp.44-45). 


La información de la revolución napolitana llevó al zar Alejandro I a convocar la Cuádruple Alianza, entre Austria, Prusia y Rusia, iniciando la reunión el 20 de octubre. Para el día 19 de noviembre, los países firmaron el Protocolo de Troppau, acordando intervenir en Nápoles. En el segundo Congreso de Laibach, el 26 de enero de 1821, el rey Fernando I de Napoles asistió a la reunión y solicitó la intervención austriaca contra su propio Reino de las Dos Sicilias y su Constitución vigente. En Rieti el general Pepe fue derrotado y el 24 de marzo las tropas austriacas entraron en la ciudad de Nápoles, encabezadas por el rey Fernando, restaurando su poder absoluto de rey y revocando la Constitución.


La represión contra los rebeldes fue brutal. El 30 de mayo, el rey Fernando I dio un decreto de amnistía a los rebeldes excluyendo a aquellos que lideraron los eventos el 1 y el 6 de julio, como Pepe, De Concil y los marchantes. En el 21 de junio de 1822, los soldados involucrados fueron expulsados del Ejército Borbónico, y a once de ellos se le conmutó la pena por cadena perpetua y trabajos forzados. Al día siguiente, Morelli y Silbato fueron ejecutados en la Piazza San Francesco por un pelotón austriaco, pasando a ser parte del martirologio del sur (Pinto, 2020, pp.51-54).


Bajo la influencia de la revolución del Riego en España, los calabreses se influenciaron en revelarse, mientras los sicilianos aprovecharon para promover su independencia del Reino de las Dos Sicilias. El movimiento liderado por el general calabrés Pepe no duró mucho por la participación de los austriacos que ayudaron al rey Fernando I a recuperar su reino. 



La expedición de los Hermanos Bandiera

Inicialmente miembros de la Armada austriaca, los hermanos Bandiera se adhirieron a las ideas de Giuseppe Mazzini y la pérdida de la vida en el motín de 15 de marzo de 1844 donde murieron nobles jóvenes (Tarditi, 2000, pp. 10-12). Esto los llevó a fundar la sociedad secreta llamada Hesperia, cuyo estatuto debía ser para los ricos, los fuertes y los eruditos. En Calabria Citerior, se inició la primera influencia el 15 de marzo de 1844, cuando un movimiento liderado por el capitán Gallupi fue sofocado por la gendarmería borbónica costando su propia vida.


Tras desertar a la Armada austriaca, los hermanos Bandiera el 13 de junio de 1844 partieron de Corfú hacia Calabria junto a su amigo el brigadier calabrés Giuseppe Meluso y Pietro Boccheciampe. La expedición desembarcó en el río Neto, cerca de Crotone, el 16 de junio. Su avance hacia Belvedere di Spinello fue truncado en Petralonga, donde hubo un tiroteo alrededor de las cinco y media de la tarde que causó dos bajas en la zona urbana. Al enterarse del fin de la revuelta en Cosenza, los hermanos Bandiera siguieron hacia la Sila.


A pesar de todo, su expedición se vio comprometida por uno de sus compañeros que denunció a los hermanos Bandiera en la comisaría de Crotone. A las seis de la tarde del 19 de julio de 1844 el bandido Giuseppe Meluso desembarcó en Marquesado con un grupo de personas con uniforme militar y perturbó la paz al entrar a Cerenzia y Caccuri. Tras un tiroteo con la policía borbónica, Bandera, Meluso y otros siete fueron atrapados cerca de Giovanni in Fiore (Tarditi, 2000, pp.10-12) y juzgados ante el Tribunal Marcial Supremo. El veredicto fue la pena de muerte por fusilamiento, esto se llevo a cabo el 25 de julio de 1844 en el valle Rovito, en la afueras de Cosenza, diciendo su ultima palabra “Viva Italia!”(Caliguri, 1996, pp.45-47).


Lo mismo ocurrió en Sicilia, la primera insurrección de enero de 1848 en Palermo. Un año después la contrarrevolución napolitana tuvo mayor éxito en todo el país. Fernando II fue considerado representante del legitimismo, reprimio a las revueltas de Cilento y Calabria. De esa manera, finalizó las barricadas napolitanas el 15 de mayo y la lealtad de las elites locales (Pinto, 2014, p.106).


Con lo indicado anteriormente, la expedición de los hermanos Bandiera fue un intento de liberar el sur de Italia y unificarlo, pero no tuvo éxito por la delación de un grupo suyo.



La Expedición de los Mil y el plebiscito en el sur de Italia 

El 4 de abril de 1860, un rico fabricante llamado Francesco Riso junto a ochenta hombres se enfrentó a la policía y tropas borbónicas detonó insurrecciones en toda la isla impulsada por la división de la tierra (Carrascosa, 2025). Francesco Crispi organizó una expedición de voluntarios para ayudar a los sicilianos. Desde el puerto de Quarto, un suburbio en Génova, Giuseppe Garibaldi partió entre los días 5 y 6 de mayo con 1000 hombres, de los cuales 21 eran calabreses (Caliguri, 1997, p.96). A pesar de los intentos de los jefes militares borbones de evitar el desembarco de Garibaldi y sus mil mediante el envío de fragatas (Ruggero, 1994, p. 55). El 11 de mayo de 1860 Garibaldi y sus expedicionarios desembarcaron en el puerto de Marsala (Rifondazione Borbónica, 31 de julio de 2007). Para el verano de 1860, Garibaldi obtuvo una victoria muy importante en Calatafimi e ingreso en Palermo (Bouchard, 2005, p. 9).


Desde la ciudad de Palermo, el 12 de mayo, los Mil iniciaron su ingreso a la isla de Sicilia. El día 14 de mayo, Garibaldi declara el fin de la dinastía borbónica y se autoproclama dictador de Sicilia en nombre del rey Victorio Emanuele II. El nuevo general de Sicilia era Ferdinando Lanza intentó defender Palermo el 15 de mayo de la invasión garibaldina, pero al final se acercó a Garibaldi para que no atacara la ciudad. Los combates en la ciudad de Palermo se llevaron a cabo el 27 de mayo casa por casa. Los generales borbones von Mache y Beneventano llegaron a Porta Termino. Por último el día 8 de junio el rey Francisco II rindió la ciudad y se retiró a la ciudad portuaria de Messina (Los Editores de la Encyclopedia Britannica, 2025). 


La continuación del avance de Giuseppe Garibaldi por la isla de Sicilia el 18 de ese mes. El día 20 Garibaldi logró la victoria decisiva contra la tropas británicas dirigidas por el general Bosco en la ciudad de Milazzo. Veinte mil hombres llegaron a la ciudad de Nápoles en sólo diecisiete días. El Rey entregó la ciudad al jefe de la Camorra, don Liborio Romano, para evitar un conflicto mayor (Ruggero, 1994, p.56). A pesar de organizar una defensa en el río Volturno, el rey abandonó la capital el 5 de septiembre para evitar víctimas y pérdidas materiales. Las tropas garibaldinas avanzaron sobre el río Volturno y en Capua se enfrentaron a los soldados borbónicos del general Ritucci el 21 de septiembre. En esta batalla incluso el rey se batió en la pelea, dejando 17 mil hombres sin combatir finalizó con la victoria garibaldina. 


Debido al rápido avance de Garibaldi, el primer ministro Cavour encomendó a Garibaldi llevar a cabo un plebiscito para la anexión rápida del sur (Bouchard, 2005, pp.9-10). El 8 de octubre el gobierno piamontés emitió un decreto de plebiscito, que se celebró el 21 de octubre con la victoria abrumadora del “Si” con más de un millón de votos en Nápoles y más de cuatro mil en Sicilia. El rey y la reina se atrincheraron en la fortaleza de Gaeta hasta su rendición a las 7 de la mañana del 14 de febrero de 1861 para ir a los Estados Pontificios. Con la caída de las dos últimas fortalezas de Mesina y Civitella, el 17 de marzo de 1861, el rey Victorio Emanuel II de Saboya proclamó el Reino de Italia, marcando así la anexión del Reino de las Dos Sicilias (Carrascosa, National Geographic, 2025). 


Conforme a lo anterior, el fin del Reino de las Dos Sicilias vino con la Expedición de los Mil de Giuseppe Garibaldi en 1860. La incapacidad de las tropas borbónicas de detener el avance de los garibaldinos llevó a la rendición del reino por Francisco II y el plebiscito victorioso que anexó el sur al Reino de Italia.



Las consecuencias del Risorgimento en Calabria

Tras el Risorgimento, la Unificación de Italia acarreó consecuencias complejas para el sur del país. Una de las consecuencias fue el surgimiento del Brigantaggio que encontró su foco en las montañas de la Sila y otras áreas de Calabria debido a los abusos de los terratenientes que recuperaron su tierra, la nostalgia del Reino de las Dos Sicilias y el rechazo a los piamonteses. A esta situación se sumó una situación económica agrícola atrasada y la poca ayuda crediticia que condujo al endeudamiento de los propietarios de la tierra y la venta a grandes terratenientes. A esto se suma que a nivel social no hubo alguna industria para que los campesinos pudieran complementar sus ingresos. Toda esta situación llevó a la emigración calabresa hacia el continente americano 


El surgimiento del Brigantaggio 

La proclamación de Rogliano del mes de septiembre de 1860 Giuseppe Garibaldi concedió a los campesinos el uso de las tierras de la Sila (Caliguri, 1996, pp.45, 47). Esta medida fue revocada por el propietario Donato Morelli quien obtuvo 900 hectáreas y el nombramiento de dictador de Calabria Citra. Muchos campesinos optaron por el Brigantaggio por las otras eran las instigaciones de notables y clero borbones, también hubo aquellos que desearon repeler las invasiones del ejército piamontés y por una causa legítima del Rey que resistía en el castillo de Gaeta. Esta nostalgia borbónica se sintió en varias municipalidades de Cosenza y Catanzaro que izaron la bandera del símbolo borbón. Las montañas de la Sila se convirtieron en el centro del brigantaggio. Ellos llegaron a tomar en 1861 Strongoli, Zagarise y San Mauro (Ficarra, 1981, p.128). 


El fenómeno del Brigantaggio o bandidaje fue una amenaza para la unidad italiana. A nivel internacional, la incapacidad del Estado de controlar la situación mostraba una imagen de debilidad. La respuesta inicial fue militar, en 1861, el general Enrico Cialdini dirigió una fuerza de 50 mil soldados que ejerció una represión, arrasando con dos poblados Pontelandolfo y Casaldimi en la región de Benevento como castigo al apoyo a los bandoleros. Ante la dificultad del problema del sur, el Parlamento Italiano estableció una Comisión Investigadora conformada por 9 diputados. Entre enero y mayo de 1863, la Comisión recorrió el sur, entrevistando a autoridades, militares y ciudadanos. El informe establece que la superación del problema del sur requirió remedios a través de la instrucción pública, la distribución de propiedad estatal y la inversión en infraestructuras como carreteras y otras obras públicas (Lepre y Petraccone, 2008, pp.20-23). 


La situación económica y social

En el ámbito económico, Calabria atravesaba por una difícil situación agrícola. El mercado italiano mostraba dificultad de absorber la producción calabresa, una situación que se agravaba por la falta de inversión de capital evidenciada por la importación de cereales de Estados Unidos. Adicionalmente, la gran carga impositiva de 1866, alcanzaba los 70 millones de libras que gravaba la tierra, los edificios, el Estado y las autoridades locales. La escasez de crédito agrícola condujo al endeudamiento de los propietarios quienes se vieron obligados a vender sus tierras a otros propietarios terratenientes (Idem, 1983, pp.132-133).


En el ámbito social, la población campesina más pobre luchaba por subsistir con una ración diaria de pan de harina de maíz en el desayuno y otras comidas de nabos y hierbas silvestres. La carencia de industria manufacturera dejó a la población agrícola sin posibilidad de complementar el ingreso. A esto se suma la modesta actividad comercial. El comercio de aceite de Gioia Tauro y Catanzaro se especulaba en los mercados intermedios y el comercio del vino se vio igualmente afectado por la guerra arancelaria con Francia, provocando una caída en las exportaciones de 3.582.000 en 1887 a 1.802.000 en 1888 (Idem, 1983, p. 133).



La emigracion calabresa

A finales del siglo XIX, el sur de Italia sufrió las consecuencias más graves sobre el mundo campesino calabrés. A partir de 1890 muchos calabreses emigraron a pesar de la oposición de los terratenientes quienes veían el aumento del precio del seguro agrícola y la disminución de la renta de la tierra. Debido a la emigración los emigrantes pagaron deudas, cancelaron hipotecas, se alivió la presión demográfica, la lucha por la tierra fue menos dura y el incremento del flujo de ahorros hacia Italia contribuyeron a la balanza de pagos del país. De acuerdo a la Dirección General de Estadística la emigración fue debido a la libre espíritu aventurero en busca de fortuna, sin embargo las causas fueron dos: las condiciones naturales y sociales de Calabria y el desarrollo industrial extranjero  que necesitaban mano de obra, el desarrollo del comercio y los nuevos medios de transporte. Los otros fueron los liberales quienes vieron positivo la migración para eliminar la sobrepoblación agrícola e implementar el desarrollo autónomo de la sociedad meridional. El primer ministro Crispi por su lado intentó resolver la situación del sur con poco alegre ingresó en la agricultura atrasada y a la burguesía se le dio el empleo público y las profesiones liberales (Idem, 1983, pp.141-142).



Conclusiones

Tras la llegada de la dinastía borbónica en 1731, las guerras napoleónicas introdujeron las ideas nacionalistas y republicanas en Calabria y Sicilia. Asimismo, por esa época la caída de la monarquía francesa llevó a las guerras napoleónicas conducidas por Napoleon Bonaparte. 


En el año 1799 la invasión francesa del Reino de las Dos Sicilias bajo el general Championnet. En Nápoles los republicanos establecieron la República Partenopea. Con las demandas del general Championnet y la imposibilidad de organizar un ejército la República llegó a su fin el 13 de junio. Más al sur, en Calabria, el sistema feudal, el terremoto de 1783 y la influencia de los jóvenes calabreses empujó a la creación de la República de Cosenza con varios apoyos de varias ciudades como Paola, Catanzaro, Rogliano y Reggio.


Para contrarrestar ello, el rey en Palermo envió al cardenal calabrés Fabrizio Ruffo para organizar la contrarrevolución llamada santafé dista, buscando llegar a Nápoles con el rey el 8 de julio terminó con el restablecimiento del orden absolutista.


Mediante el pronunciamiento de Rafael del Riego en España de 1820 inspiró a los liberales a la revolución de Nápoles, lo que a su vez obligó al rey Fernando I y su hijo a jurar la Constitución. Por otro lado, el zar Alejandro convoca a la Cuádruple Alianza para enviar a las tropas austriacas con la venia del rey de Nápoles llegaron a reconquistar el sur de Italia, revocar la Constitución y restablecer el poder absoluto seguido de la represión contra los insurgentes el 22 de junio de 1822 en la Piazza de San Francisco. 


A través de la Expedición de los hermanos Bandiera, ambos influenciados por las ideas de Mazzini. Ellos comenzaron su levantamiento en la región de Calabria en 1844 con el desembarco en Crotone terminaron traicionados, juzgados y fusilados en Rovito en la ciudad de Cosenza, exclamando ¡Viva Italia!.


A los pocos años, la expedición de los Mil dirigida por Giuseppe Garibaldi logró avanzar por toda la isla de Sicilia con la victoria en Calatafimi. En tal sentido, Garibaldi disolvió el Reino de las Dos Sicilias y se autoproclamó dictador, convocando al plebiscito que anexó Calabria y Sicilia. La caída de las fortalezas borbónicas donde estuvo el rey enfatizó en la rendición de Gaeta y la proclamación del Reino de Italia en 1861. 


Finalmente, los sucesos del Risorgimento están dirigidos a obtener la unificación del sur. Debido al surgimiento del Brigantaggio, el Estado italiano envió a las tropas para iniciar una represión masiva y la Comision Investigadora del Parlamento Italiano. Asimismo, la situación económica y social por el atraso de la agricultura y la falta de industria. Esta grave situación llevó a la emigración de calabreses al continente americano principalmente por la situación local, la necesidad de la mano de obra por el desarrollo industrial extranjero y el desarrollo de nuevos medios de transporte.


Los hallazgos de esta investigación acerca del Risorgimento en Calabria y Sicilia y la situación posunificacion de Italia en el sur del país. Esto se debe a la influencia externa por las guerras napoleónicas de finales del siglo XVIII, la victoria de la revolución de España de 1820 y la Expedición del Mil de Garibaldi. Una vez elaborado el plebiscito, las consecuencias postunitarias surgieron con el surgimiento del brigantaggio, la situación crítica socioeconómica por la sociedad feudal y la agricultura arcaica y la emigración hacia el continente americano por el deseo de una oportunidad laboral.


Referencias

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